Recuerda que, aunque la gran mayoría de las personas juegan y se entretienen responsablemente, existen otras a las que les cuesta controlar su forma de jugar, lo que las expone a riesgos y/o a desarrollar una dependencia al juego.

Cuando vayas a jugar, elige hacerlo principalmente para entretenerte. No juegues sólo para ganar, no puedes asegurar que los resultados que deseas se cumplan. Si tienes problemas previos, resuélvelos antes de jugar. Si juegas para evadirlos, quizás los olvides por un rato, pero los problemas seguirán ahí.

Planifica con anticipación el tiempo y monto de dinero que invertirás en divertirte. No permitas que el juego te limite en otras actividades importantes y no arriesgues el dinero que necesitas para el día a día o tus proyectos de vida.

Cuando vayas a jugar, hazlo en lugares autorizados. No te expongas a riesgos en lugares que no están regulados, por ejemplo, locales comerciales, casinos ilegales o lugares clandestinos.

Evita que el juego interfiera en el cumplimiento de tus roles y tus responsabilidades familiares, educacionales y/o laborales.

Pregúntate a ti mismo cuánto estás jugando y combina el juego con otras actividades individuales, familiares y sociales que te hagan sentir bien. Hay muchas formas de entretenerse.

Comparte tus experiencias de entretención con quienes te rodean. Cuando el juego es entretenido y responsable no tienes para qué ocultarlo a tus cercanos.

Aumenta tus precauciones si has tenido o tienes problemas para controlar otras conductas –como el beber o el fumar, si has tenido problemas de salud mental o si en tu familia existen personas que han tenido problemas de control con los juegos de azar.

Infórmate de los beneficios y los riesgos de tus opciones de entretención y toma las precauciones para prevenir que se salgan de tu control. El jugar responsablemente puede ser una conducta entretenida y saludable para todos.

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